Marina Mercante: un pilar económico

Históricamente, la marina mercante ha servido como un canal de crecimiento económico para México. Desde el siglo XIX y en buena parte del siglo XX, los puertos y rutas marítimas presentes en costas mexicanas han representado puntos vitales para el intercambio comercial y la llegada de mercancías esenciales para el desarrollo del mercado interno.

Con la modernización de la infraestructura terrestre y la consolidación de Estados Unidos como una superpotencia mundial, el movimiento comercial se comenzó a diversificar hacía otras modalidades, pero lo cual no quita la vital importancia que hoy más que nunca posee el funcionamiento e integración de la marina mercante a la dinámica económica del país.


Primeramente, la actual configuración del comercio internacional se sostiene e impulsa esencialmente por una sola y única modalidad: el transporte marítimo. La mayor parte de lo que consumimos en nuestras casas, empresas y organizaciones, al menos de que haya sido producido internamente (lo cual tampoco lo excluye del todo), proviene seguramente de una embarcación.

Ni con la caída en los precios del petróleo, o el ascenso de nuevas fuentes de energía, a la fecha no ha surgido un medio de transporte que ofrezca las mejores condiciones en materia de traslados. Desde contenedores, carga rodada o a granel, no hay modalidad que ofrezca los estándares de eficiencia, seguridad, maniobra, costos y precio que una nave marítima ofrece.

Estas características permiten no sólo disminuir el precio de las mercancías, a su llegada al mercado final, sino que inherentemente impulsan y catalizan la creación e impulso de otros sectores económicos, más allá de la inversión requerida en la infraestructura del puerto, los cuales pueden ir desde desarrollos industriales, hasta un tema de servicios para los pasajeros.

Un gran ejemplo de esto, se vive diariamente en Baja California Sur, en donde el servicio de ferry se ha convertido en un importante catalizador económico para la región, al ser el principal medio por el cual no sólo se abastece casi en su totalidad la población y entorno empresarial del estado, sino también uno de los principales impulsores del tan importante sector turístico dentro de la zona.

Aunque contemporáneamente haya disminuido la atención (erróneamente) a las actividades de la marina mercante en México, ésta continúa su misión de seguirse manteniendo como uno de los pilares económicos de mayor peso en el país.

Colaboración especial de la Cámara Mexicana de la Industria del Transporte Marítimo (CAMEINTRAM), integrante del Consejo Mexicano del Transporte (CMET).

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